La decisión
— No lo
hagas. Si lo haces, todo terminará y será el fin para todos nosotros.
— Debo
hacerlo, tengo que hacerlo. Llevo mucho tiempo esperando este momento. Si no lo
hago ahora, no tendré nunca otra oportunidad tan buena como esta.
— Lo sé, pero
debes aguantar. Debes aguantar por todos nosotros. Si acabas saliéndote con la
tuya, terminarás con aquello que tanto esfuerzo nos ha costado conseguir entre
todos. Puedes acabar con el buen ambiente que hay entre los chicos.
— Es un
riesgo que tengo que asumir. Siempre miro por lo demás, siempre hago cosas por
los demás. Por una vez siento que puedo hacer algo por mí mismo.
— Piénsalo
detenidamente, ¿realmente merece la pena?
— Sin duda
alguna. No sabes lo que se siente al hacerlo. Por un lado sabes que está mal,
como si realmente hicieras algún tipo de mal a los demás que tienes a tu
alrededor. Pero por otro lado, la satisfacción que consigues al hacerlo es
indescriptible. Es difícil de valorar ese momento de triunfo.
— Puede que
no vuelvas a ser el mismo. Todos te mirarán de forma diferente. Muchos se
marcharán de tu lado y te mirarán con desprecio. No sabes hasta qué punto les
puede afectar, les quitarás algo que sienten como suyo. Quizá incluso haya
represalias.
— Cuento con
ello. Intentaré que no se den cuenta. Seré rápido, casi no me verán.
— No lo sé... Muchos están pendientes, con el ojo vigilando. Parece que están a lo suyo, sin
apenas preocupación por nada, pero me da la impresión de que están inseguros,
con miedo.
— Tranquilo
todo saldrá bien.
— Escúchame
por favor. Recapacita, piénsalo de nuevo. No lo hagas. Te lo pido como amigo.
Será un golpe muy duro.
— Lo siento,
no hay marcha atrás. La decisión está tomada.
— ¿Qué
piensas hacer después? Quizás ya no puedas volver.
— La verdad
es que no tengo nada más que hacer aquí. Será un bonito final para esta noche.
Mañana seré recordado. Mencionado en todas las conversaciones que todas estas
personas tengan cuando cuenten lo ocurrido hoy. Seré yo el que lo hizo. Nadie
más.
— Muy bien.
Pero a mí si me preguntan, lo negaré todo. No quiero estar involucrado en esto.
Si lo haces, será solo cosa tuya.
— De acuerdo.
Llegado el caso, diré que trataste por todos los medios de impedírmelo.
— Eso espero.
No quiero quedar mal delante de todos. Formo parte de esto tanto como los
demás. Sería una mancha difícil de quitar en mi largo historial.
— Si me
disculpas…
— En fin…
Apuró en ese
momento la copa, miró a su alrededor buscando alguna mirada que lo pudiera
descubrir antes de tiempo. Nada.
Con una rápida
maniobra se acercó y cogió la última porción de pizza que quedaba de entre
todos los platos ya vacíos de la mesa. Se la llevó a la boca y se la comió
lentamente saboreando cada bocado.
La música
paró, la gente de alrededor dejó de bailar, todo el mundo le miraba en
silencio. Y mientras disfrutaba del último trozo, poniéndose el abrigo, salió
por la puerta de aquel apartamento sonriendo, escuchando los abucheos de todos
los que habían acudido al cumpleaños de su amigo.
|
La decisión |
Suya era la
victoria.